Si son de los que escuchan música, sonidos, o algo para poder dormir, debieron haber asistido el domingo al concierto “Homenaje a Chopin” a cargo de la “Super” Orquesta y la solista Oxana Yablonskaya, porque los hubiera puesto a dormir en los primeros minutos.
La leyenda
La pianista Oxana Yablonskaya que no se pudo encontrar en ningún lugar del Auditorio San Pedro, quedando como la leyenda, como un relato fantástico magnificado por la admiración. Es entendible la admiración que un alumno pueda tener por su antiguo maestro, pero abusar de esa admiración ya raya en lo absurdo.
La leyenda presentó un Chopin sucio, con notas falsas que intentó esconder con el uso excesivo del pedal, sin idea musical, y casi como sobreviviendo el concierto. La música de piano de Chopin, sobre todo sus conciertos, son técnica y musicalmente muy demandantes; exigen del interprete mucha habilidad y agilidad técnica y musical, lo cual la leyenda de 85 años demostró ya no poseer. Tal vez en alguna etapa de su carrera, la leyenda era capaz de interpretar los conciertos más demandantes jamás escritos para el instrumento; pero, después de 15 años de retiro como maestra y fuera del circuito de solista internacional, no se puede esperar que tenga la capacidad de hacer lo que hizo en sus años dorados, algo que mostró en su interpretación reservada sin tomar ni un solo riesgo musical.
La música de Chopin, a pesar de ser del período Romántico del arte, demuestra ese romanticismo de una manera muy sutil y delicada. Lo demuestra sobre todo en sus líneas y uso de colores en el piano y en la orquesta, los cuales no se pudieron apreciar durante la velada. El director titular de “La Super” mencionó sobre el “martillar” la música de Chopin, y a pesar de haberlo mencionado como broma, no se esperaba que su propia maestra fuera a tomárselo de manera literal, porque presentó un Chopin tan pesado y golpeado como si hubiera estado construyendo una de las tantas líneas del metro de la ciudad.
La señora Yablonskaya tuvo aún el descaro de ofrecer un encore, aún y cuando el aplauso había terminado, tocando la Mazurka No. 4, obra corta del mismo compositor polaco. Esto se vio más como un intento desesperado por “limpiar” su nombre después del ultrajo que hizo con el Concierto para Piano No. 2. Si bien es cierto que le fue considerablemente mejor en el encore que en el concierto, igualmente se mostró sin falta de idea musical y expresión, aunque hay que mencionar que en esta obra si le atinó a todas las notas, tomando en cuenta que técnicamente esta obra fue más sencilla que el Concierto previamente interpretado.
La doña
El rol de la doña se lo lleva Barbara Herrera, presidenta del Patronato de la ESMDM. Como encargada de producir estos conciertos, es una burla el manejo que hace de la organización tirando los recursos del Patronato de la ESMDM para tomar una ridícula cantidad de fotos a su protégé, el autonombrado director titular ¿Será acaso que la doña se beneficie de alguna manera por esos “favores”? Aunado además a lo mencionado la semana anterior sobre la venta de cortesías a los integrantes de la misma orquesta, va saliendo poco a poco a la luz los intereses personales de la doña, que es evidente que la cultura y la música no lo son.
A pesar de esto, la doña tiene el descaro de hablar previo al concierto presentando sólo una parte de lo que el concierto sería ya que no se vio ni escucho lo que vendió; se entiende que quieran vender la orquesta… o más bien a su director, pero vender un evento como si fuera una orquesta de un nivel profesional, con unos solistas dignos de pararse en un escenario, y con una burla de director, es una falta de respeto a los asistentes.
El narciso
Desde el concierto anterior en el “Homenaje a Puccini” se dio a conocer este personaje, hablamos del “papalotero” Abdiel Vázquez quien en esta ocasión nos mostró una faceta aún más nefasta que en su participación de la semana anterior.
Una vez más olvidó que fue el concierto de “La Super” OR-QUES-TA, no del egocentrismo de su, desafortunadamente, director titular. Nuevamente, el tirano de Abdiel Vázquez optó por tener un reflector hacia el durante todo el concierto dejando a la orquesta, quien debió haber sido la protagonista de la noche, casi a oscuras con una luz cálida tenue como si se tratara de una cita en alguna cadena de restaurantes. Fue incluso evidente que el narciso tuvo a su disposición varios pares de camarógrafos para tomar evidencia de las payasadas que hace en el podio, lo cual deja las siguientes preguntas a reflexión ¿Quién paga por todo su equipo de multimedia? Si hay tanto presupuesto para gastar en eso, ¿Por qué no se les paga más a los músicos?
Volviendo al tema musical, que realmente no hubo mucho que escuchar, hay que mencionar nuevamente la carente técnica de batuta del director. Esta se vio a lo largo del concierto en la falta de marca de entradas, entradas mal marcadas, ni si quiera sabía qué instrumento tenía la melodía, ya que volteaba a ver a toda la orquesta menos al instrumento con la misma. Movimientos ridículamente exagerados en momentos suaves y tranquilos, casi como si estuviera dirigiendo para más de 500 músicos en diferentes niveles de tarimas, cuando evidentemente no era el caso.
El Concierto No. 2 de Chopin estuvo terriblemente balanceado, favoreciendo el sonido del piano solista dejando enterrada a la orquesta quien sólo se pudo apreciar en las secciones donde el piano no tocaba. Incluso hubo solos en los que músicos de la orquesta debieron acompañar a la pianista y estos no tuvieron la proyección que debieron tener. Ya es la segunda ocasión en la que el director le da preferencia a los solistas enterrando a la orquesta en una caja de zapatos, tanto acústica como visualmente.
Los problemas de afinación por supuesto no podían faltar, desde los primeros acordes del concierto y estos continuaron durante todo el evento, dejándose notar más en la Sinfonía No. 4 de Schumann. Esta sinfonía, desde que fue compuesta, ha tenido problemas de orquestación; por lo cual, el éxito de su interpretación depende en gran medida del director, de su sensibilidad musical, del conocimiento y estudio de la partitura, y de su capacidad para contar una historia. Fue más que evidente que Vázquez no tuvo la más mínima idea de cómo se escucha Schumann, mucho menos de cómo dirigir Schumann. El tema de balance fue igualmente un problema en esta obra, en la que de momentos los alientos, metales en su mayoría, sonaban muy por encima de la cuerda, que se notó titubeante sobre todo en los pasajes rápidos y técnicos.
Una vez más queda al descubierto la incapacidad de Abdiel Vázquez para trabajar una orquesta, ya que no es posible que teniendo la orquesta que tiene al frente sigan ocurriendo temas de afinación y de balance. Y como si eso hubiese sido poco, este decidió tocar tanto el Concierto para piano No. 2 y la Sinfonía No. 4 sin pausa alguna entre movimientos, sin contar que dejó a la orquesta y al público sin un intermedio. No se puede tampoco dejar de comentar el hecho que el programa inició con el Concierto para piano No. 2, seguido de la Sinfonía No. 4 para terminar nada más y nada menos que con la Obertura de La Novia Vendida ¿Será acaso que no le enseñaron en la escuela lo que es una obertura? Aquí dejamos lo que es una obertura: la palabra Obertura proviene de la palabra francesa ouverture, que significa apertura; y ¿Qué significa esto? Que es una obra musical que sirve para abrir algo, por lo general una ópera, ballet, o en este caso un concierto de orquesta.
El error
El error sigue siendo de la producción del Patronato de la ESMDM, quienes continúan cometiendo errores en la parte visual de los conciertos. En esta ocasión optaron por tener un proyector y mostrar imágenes mientras la orquesta intentaba hacer música. Si lo que buscan es entretener al público visualmente porque musicalmente no tienen los elementos para hacerlo, mejor que proyecten Madame Web, a lo mejor la gente hasta se quedaría hasta el final.
Si es un concierto de orquesta, la gente lo que quiere es ir a escuchar y también ver a la orquesta, no ver una serie de imágenes, ni unos displays con arreglos florales en medio de la orquesta. Nuevamente el error va para la producción del Patronato de la ESMDM, esperemos que alguien con una chispa de inteligencia les haga caer en razón ¿Acaso nunca han asistido estas personas a ver y escuchar una orquesta profesional?
El comentario
Deplorable. Mediocre. Desafortunado. Robo. Burla. Son algunas de las palabras que vienen a la mente al recordar lo vivido la tarde del domingo 24 de febreri. Ya no se sabe qué es peor, el papanatas que tiene la orquesta como director, el miedo de los músicos a perder el trabajo, el abuso que reciben los mismos de la gente a cargo, los “patrocinados intocables” que manejan esa organización, la mentira con la que venden los conciertos, el hecho que la gente compre ciegamente lo que se les vende sin si quiera cuestionarlo, la falta de creatividad para hacer programas, la mala elección de solistas, el uso dudoso de recursos del Patronato de la ESMDM.
Hacer bien las cosas no cuesta nada, si ya se tiene el recurso, se puede sin duda alguna, presentar algo de calidad sabiendo elegir inteligentemente a los miembros del equipo, y obviamente poniendo la soberbia y la sed enfermiza de poder y dinero a un lado.
Se espera que el siguiente concierto se presente algo de buena calidad, o ¿Cuántos conciertos más necesita Abdiel Vázquez para hacer bien las cosas?