Leyendas neolonesas: El jinete sacrílego

Contexto

Las leyendas neolonesas se han difundido principalmente por tradición oral y los datos que tenemos vienen precisamnete de la recopilación de esos relatos a través de los años. La historiadora Lilia Villanueva de Cavazos recopiló una serie de leyendas que se remontan a la época de la colonia hasta el siglo XX, en su libro ‘Leyendas de Nuevo León’ – difícil de conseguir pero altamente recomendado.

Esta es una leyenda nacida en Montemorelos que data del siglo XVIII, en una iglesia llamada Gil de Leyva, que previamente era una misión de la era colonial, fundada el 1715.

La leyenda

En la pequeña acogedora iglesita de Gil de Leyva, antigua Misión de la Purificación fundada en 1715, se encuentra la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús, de origen tlaxcalteca, al que los piadosos habitantes atribuyen numerosos milagros.

Cuentan que hace muchos años, llegó al pueblo un descreído capitán, que al oir los milagros realizados por el Cristo, quiso demostrarles que no poseía ningún poder. Montado en su caballo entró a la iglesia, en medio del asombro y temor de los fieles, que devotos escuchaban la misa y lazó a la venerada imagen tirando fuertemente de ella con el propósito de sacarla de la capilla.

Sobrecogido de terror, sintió que la imagen estiraba también con mayor fuerza. Haciendo un esfuerzo sobrehumano quiso tirarla del altar y entonces su caballo resbaló. El incrédulo capitán fue arrojado violentamente al suelo encontrando así la muerte.

Este texto fue recuperado de la www.

Análisis retrospectivo

En este texto encontramos dos elementos universales de la era colonial; la religión como ancla moral de las comunidades, y el destino de sus adversarios.

En la era colonial, y más aún en la región norestense la vida era difícil; la región semi árida complicaba la agricultura y lleva a los pobladores a obtener sus alimentos del pastoreo y la recolección – un rasgo que aún hoy influye en nuestra tradición gastronómica.

Los peligros de la región eran explícitos; las tribus indígenas del noreste son recordadas por su hostilidad – si bien esto hay que tomarlo con un sesgo del historicismo colonial – de ahí que hubo un menor mestizaje que en otras zonas del país, y un genocidio más generalizado. Los indígenas eran temidos por su personalidad bélica y porque no buscaban mezclarse ni acoger las costumbres traídas de España. A su vez, ante el riesgo latente, los pobladores se refugiaban en la creencia divina para aliviar su sufrimiento e incertidumbre. La religión también servía para distinguir un “nosotros” y un “ellos” que daba identidad y cohesión a la comunidad…y permitía exterminar a las tribus indígenas sin sentir que se estaba cometiendo un genocidio.

¿Qué sucede cuando aparece un personaje que se atreve a desafiar a la religión y sus implicaciones? Su destino es inevitablemente morir y su muerte es vista como una prueba del poder divino. Si bien en la actualidad este tipo de cuentos no tendría un gran impacto, en su contexto era una forma de recordar a los primeros pobladores que su destino estaba ligado a la religión; ser un buen católico, acatar las reglas y comportarse según la moralidad religiosa era un coadyuvante para la supervivencia y la percepción de aún en tiempos difíciles la vida tenía un sentido, así como para crear un sentido de identidad y propiedad.